PARÍS


texto PAUL BERRONDO y LES COT
dramaturgia y dirección PAUL BERRONDO
música, dirección musical y piano ÓSCAR PEÑARROYA
letras CÈSAR APARÍCIO y MARIA VIÑAS
intérpretes MAR MAESTU, MARIA VIÑAS y ELIA CORRAL
duración 1h 30min
fotografías JOSE NOVOA y SENÉN ESCODA
producción LES COT
ALMERIA TEATRE

Tres amigas se van a París a hacer realidad el sueño de una de ellas, ser madre. Pero entre Barcelona y París hay un montón de kilómetros en coche, tiempo que se puede aprovechar para muchas cosas y que ellas repasan sus vidas presentes, pasadas y futuras. 

Los niños vienen de París, y a la capital francesa la gente también busca el amor. Dos puntos de partida que son dos de los tópicos más conocidos de la historia universal. Pero que el montaje explota, por si no estuvieran poco manidos ya de entrada. Es verdad que no todo es color de rosa en la obra, ya que el happy flower es muy aburrido, y después de una somera presentación de caracteres, el montaje se vuelve negro, muy negro.



Pero pese a la oscuridad, se observan la repetición de algunos parámetros ya utilizados en otras obras protagonizadas por mujeres con los que no me puedo sentir representada y que además me ponen de mal humor. No consigo entender porqué siguen intentando que nos tenga que hacer gracia que cuando se juntas tres mujeres todas quieran/pretendan hablar al mismo tiempo o que nos pasamos la vida discutiendo. Y por supuesto me cansa de sobremanera que todas en algún punto de nuestra vida acabemos locas perdidas buscando el "hombre perfecto" o la media naranja. Me he debido de perder algún capítulo de la última década larga.





Quizás tanto tópico venga porque los personajes también son estereotipos. Carme, Maria Viñas, es una peluquera que aspiraba a todo en la vida y se tuvo que conformar con aparejarse con el primero que le tiró una flor y ahora vienen los arrepentimientos. Olga, Mar Maestu representa la pija que estudió una carrera y que tiene una vida que al menos de puertas para afuera parece idílica. Y Tere, Elia Corral, es maestra pero quiere ser madre cueste lo que cueste.

La puesta en escena de Jose Novoa funciona, simplicidad absoluta con tres paneles de madera y cuatro cajas pero deja fluir el espectáculo para que el público se concentre en la interpretación textual y vocal. Más cuestionable sería el diseño de iluminación de Roc Lain que se ha quedado excesivamente centrado en los años 80 y aporta poca naturalidad al montaje. Choca ver tanto colorín decorando las escenas.



París le falta un punto gamberro como comedia musical negra. Y un aire más feminista que no se quede en los tópicos tan conocidos que ya cansan. La ciudad de París es más que una postal que colgar en Instagram, siempre ha sido un cóctel bastante más revolucionario que un simple chiste cargado de buenas intenciones. Esta vez presiento que debo acabar diciendo "ya no nos queda ni París".

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