SIEMPRE A LA VERITA TUYA


texto, interpretación y dirección MANUEL VEIGA
ayudante de dirección MERCÈ CERVERA
duración 65min
fotografías DAN BALBOA y MIGUEL ÁNGEL FERNÁNDEZ
producción ROSELAND S.L.
LA SECA ESPAI BROSSA

Comienzo admitiendo que la música y todo el universo de Lola Flores me queda a años luz. Cosa que afortunadamente no es, ni ha sido, en mi caso concreto, un impedimento para disfrutar del montaje. Manuel Veiga coge la esencia de lo que supuso su figura en plena dictadura franquista para sacar a la luz la historia de muchos, que como el protagonista, el hijo de Curro, no consiguió alcanzar a ver cómo la sociedad entendía sus historias, sus vidas.

Siempre a la varita tuya es un monólogo flamenco, un grito vitalista, una historia que hemos visto que se repite en otras formas más de una vez, pero sobre todo es verdad. La mirada de Veiga penetra y se queda como una sombra que no desaparece una vez que se sale por la puerta. La intensidad de unos ojos, que se mezcla con el dolor infinito de unas palabras, que nunca fueron las necesarias, provoca una hora de hipnotismo escénico.



A pesar de que por necesidades técnicas, la Sala Palau i Fabre de La Seca se haya teñido de rojo, parece que sus paredes lloran, hecho que acentúa aún más, si es posible, la sensación de drama del montaje. Sensación que se ve, a menudo, interrumpida por un humor negro, negrísimo.

La sobriedad de la escenografía diseñada por Jar Teatre, una silla, un maniquí que da figura al traje verde y una cortina de fondo a modo de telón que sirve como entrada y salida y también ayuda a dar vida a las proyecciones. Sin duda, el elemento clave de la puesta en escena es la precisa iluminación de Josep Maria Cadafalch, que despierta todo un torrente de emociones en el sentir del espectáculo por parte de los espectadores.



La apasionada interpretación de Manuel Veiga destila verdad y sentimiento. El único pero que se le puede poner a su verdad es el caló, pero no porque no venga a cuento, sino porque a veces sale demasiado forzado. No seré yo quién critique los acentos de cada uno, pero el exceso de intensidad que se pone para resaltar el 'andaluz' lastra en algunas escenas la preciosista poética del texto.



Después de Carmen Amaya y Lola Flores, Manuel Veiga seguirá rescatando de la memoria colectiva a golpe de homenaje escénico, grandes nombres de la cultura popular. La trilogia se completará con el escritor Paco Candel. Mientras tanto, déjate atrapar por su arte. Y Chinpún.

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