Fuente: Maria Quintana (elmundo.es)
En 2009 fallecÃa a los 68 años la coreógrafa alemana y gran renovadora de la danza, Pina Bausch. Hoy, cinco años después, elTeatro Real homenajea a través de 'Orfeo y EurÃdice' a la creadora de nuevas formas y estilos en el teatro-danza. "Su ausencia es también una presencia enorme", expone Brigitte Lefèvre, directora del Ballet de la Ópera de ParÃs, que ahora lleva al escenario del Real la creación que Pina Bausch estrenó en 1975.
"Se cuentan entre los espectáculos más bellos y conmovedores de la historia del teatro, es imposible describir con palabras lo absolutamente genial y maravilloso que Pina Bausch hizo con esta ópera", explica el director del Real, Joan Matabosch, de la puesta en escena que cierra la temporada del teatro, un escenario que ya recibió una representación de Bausch con el 'Ifigenia en Táuride' de Christoph W. Gluck.
Lefévre todavÃa recuerda la impresión que tuvo cuando acudió a ver 'El Castillo de Barba Azul', el que fue el debut de Bausch como directora de ópera, y 'Los siete pecados capitales'. "Ahora las coreografÃas de Pina no forman parte del Ballet de ParÃs sino queestán en el corazón del Ballet de ParÃs", comenta.
Dominique Mercy, uno de los más Ãntimos colaboradores de Pina Bausch y protagonistas de varios de los espectáculos de la coreógrafa alemana, destaca el gran papel de la música en 'Orfeo y EurÃdice'. "El cantante y el bailarÃn son como una sola persona, como dos átomos que se unen", explica. Lefévre comenta también el valor de las cantantes en el espectáculo: "El trabajo escénico de las cantantes implica una importante dificultad".
Ambos conocedores del trabajo de Bausch, destacan la mirada de la coreógrafa alemana que dejaba impresionados a todos los que la veÃan en sus dotes artÃsticas: "Pina estaba sentada viendo a los bailarines, subÃa un brazo y todo lo iluminaba", confiesa Lefévre.
La obra que se estrena mañana se divide en Duelo, Violencia, Paz y Muerte, y elije para el desarrollo final de la historia de Orfeo y EurÃdice, la primera versión de la ópera, en la que los amantes no se reencuentran gracias a la clemencia de los dioses. A pesar de ello, Pina dibuja un canto de esperanza centrado en el presente y no en el más allá.
Humanidad, exigencia, carisma y una gran personalidad. De este modo describen a la fallecida coreógrafa Mercy y Lefévre, una especial mezcla de "profesionalidad y encanto". "Siempre tuvimos su ojo, su espÃritu, y ya no lo tenemos", comentan. "A tÃtulo personal, soy muy optimista porque creo que ambos [el que fue director del Teatro Real, Gerard Mortier, y Pina Bausch], están ahà de algún modo, eso es el arte", comenta Lefévre.
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