Ibsen con los ojos cerrados

El escenario estará en penumbra y los actores, iluminados por una luz neutra y vestidos con ropa oscura, no tendrán más apoyo que una silla y un atril para interpretar a los personajes que creó el dramaturgo noruego Henrik Ibsen (1828- 1906). Las obras Un enemigo del pueblo y Espectros se representan esta semana en Bilbao en lecturas dramatizadas que demandarán al público la imaginación necesaria para acabar de componer las escenas que no verán sobre las tablas (sala BBK. Un enemigo del pueblo, 7 de febrero. Espectros, 9 de febrero. 20 horas).

“Los actores solo cuentan con su voz. El resto está oculto porque huimos de cualquier pretensión de puesta en escena. Es una propuesta cercana al teatro radiofónico”, explica Pablo Viar, el director de las lecturas dramatizadas de Ibsen. “Lo ideal sería vendar los ojos de los espectadores”.

Viar entró en el teatro de Ibsen —el segundo dramaturgo más representado en el mundo, después de Shakespeare— como ayudante del director Bob Wilson en el montaje de La dama del mar que protagonizó Ángela Molina. “La naturaleza realista de las obras se adapta a la lectura dramatizada”, señala. “La acción transcurre, fundamentalmente, en interiores y el diálogo prima sobre la acción”.

Gurutze Beitia será la viuda del capitán Alving, protagonista de Espectros (1881), un gigantesco escándalo teatral en el momento de su estreno, tachada de inmoral y prohibida durante años. Joseba Apaolaza interpretará al doctor Stockmann, el personaje central de Un enemigo del pueblo, estrenada un año más tarde. Lander Iglesias, Asier Hormaza, Mikel Losada y Jon Ariño, entre otros intérpretes vascos, participarán también en las lecturas. “Cuando un actor solo puede utilizar su voz para comunicar tiene más libertad, le permite explorar otros límites”, defiende el director. Respetuoso con el original, Viar ha recortado ligeramente los textos para dejar cada función en poco más de una hora. Busca, dice, un estilo primitivo en la que los actores comuniquen lo esencial de las obras evitando la exageración melodramática.

Las lecturas dramatizadas no son frecuentes en el teatro español, pero empiezan a aparecer en los programas agobiados por las estrecheces económicas. La Casa Encendida, en Madrid, por ejemplo, puso en marcha a finales de 2011 un ciclo, dirigido por José Sanchís Sinisterra, con 10 obras que plasman momentos determinantes de la historia del siglo XX. “Es una idea imaginativa para acercarse a un autor y buena para tiempos de crisis”, destaca Viar. Las dos sesiones en la sala BBK serán de entrada gratuita. Las lecturas abren un miniciclo dedicado a Ibsen, que volverá en el mes de marzo al mismo escenario con un montaje de Hedda Gabler, protagonizado por Laia Marull.

Fuente: Eva Larrauri (www.elpais.com)

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