Helena se confiesa


«Helena de Esparta, Helena de Troya, Helena la argiva, Helena la aquea, la mujer más hermosa del mundo, la divina entre las mujeres, la hija de Zeus, la de níveos brazos, la de cabellos de oro... la bella Helena». Con estas palabras arranca Juicio a una zorra, una obra escrita y dirigida por Miguel del Arco e interpretada por Carmen Machi. La pieza nació en el pasado festival de Mérida por encargo de su entonces directora, Blanca Portillo. «En principio –explica Carmen Machi–debía ser una pieza de 20 minutos, pero Miguel, que es una persona muy trabajadora, tenaz y minuciosa, se vino arriba y escribió un texto magnífico y maravilloso de una hora». La vida del espectáculo se limitó a cuatro funciones, pero José Luis Gómez, director de La Abadía, vio una de ellas y decidió traer a este espacio el monólogo. «Ahora se está preparando también una gira», dice satisfecha la actriz.


No a todos los actores les gusta enfrentarse a un monólogo. Carmen Machi confiesa que no se lo ha planteado. Lo piensa un poco y ella misma se convence: «Sí, quizás... Cuando está tan bien escrito. Miguel es muy bueno, un gran autor y un gran director, y está movido de una manera... Es doloroso, pero tiene mucho humor, y fluye muy bien... Sí, se me hace cómodo», concluye ya tajante.
Considera un lujo y un honor, además de un compromiso y una responsabilidad, interpretar un personaje que han escrito para ella. Vuelve a abrir una pausa y sigue: «Es un traje a medida, sí. Miguel y yo nos conocemos desde hace muchos años y, aunque no habíamos trabajado juntos, tenemos una visión muy parecida de entender el teatro, la comunicación... En este texto se mezclan muy bien el humor y el drama, se cogen de la mano y se separan a cada rato... Y el trabajo ha sido un diálogo muy fructífero; ha sido hacer teatro puro. El trabajo con Miguel nace desde la verdad absoluta, desde la emoción; estoy segura de que si hubiera visto este monólogo interpretado por otra mujer, lo hubiera querido hacer yo».

Se siente fascinada por Helena de Troya, «una mujer a quien este texto, escrito por un hombre, ha devuelto la dignidad. Es algo de lo que me voy dando cuenta conforme transcurren las funciones. Helena tiene sensibilidad y tiene rabia, y Miguel le ha dado la posibilidad de poder protestar, quejarse y pedir justicia. Es, por otra parte, una mujer que bebe continuamente; bebe una pócima que anestesia el dolor para poder seguir hablando» Y es que la palabra, añade la actriz, es la base de todo. «En ella radican la verdad y la mentira. Helena es una mujer deslenguada, osada, una mujer enamorada, con un dolor tremendo, y no la considero mala persona. La defenderé a muerte porque es como defender a las mujeres en general».
Es, también, una mujer transparente, sin fisuras. Pide el olvido porque está harta de ser eterna. Basa en el amor todo lo que ocurre, y no le importa reconocer lo que hizo mal». «Es el amor –añade– lo que le da la contemporaneidad y vigencia a la historia de Helena. Hay gente que no cree que se pueda hacer de todo por amor. Ahora lo pueden comprender, porque ella lo hizo todo por amor».
Fuente: Julio Bravo (www.abc.es)

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