Una mujer independiente y libre


Carmen es uno de los mitos españoles por excelencia. El personaje, creado por Prosper Mérimée en su célebre novela y popularizado por la ópera de Georges Bizet, atraviesa el tiempo con la fuerza e intensidad de los arquetipos esenciales, de las creaciones que se apropian de cada época porque calan de forma honda en sus contemporáneos. El mito adopta valores multiformes de acuerdo con la mentalidad de los espectadores que intentan comprenderlo.

Carmen tiene rasgos duros, de una sordidez espoleada por la necesidad de supervivencia. Roba, se prostituye, miente, instiga a cometer crímenes... Pero es también una mujer libre que lucha por defender su independencia en un mundo donde juega con las peores cartas, ya que es víctima del machismo y la xenofobia por su condición de gitana.

El personaje, objeto de cientos de recreaciones artísticas y literarias, vuelve a las tablas. La obra Carmen podrá verse a partir de hoy en el Teatro Lope de Vega. Carmen llega de la mano de la compañía Teatro Clásico de Sevilla en una versión con dramaturgia de Antonio Álamo y dirección de Alfonso Zurro. Se trata de un estreno nacional. La obra, que estará en cartel hasta el 28 de noviembre, cuenta con un elenco encabezado por María José Castañeda (Carmen), Jorge Lora (José) y Moncho Sánchez-Diezma (Teniente, Bandolero).

"Mi preocupación personal sobre Carmen es esta paradoja: Carmen se ha convertido en el símbolo de una mujer libre, en un símbolo de feminismo. Y, sin embargo, Carmen es prostituta, ladrona, incitadora de crímenes, mentirosa... Son todos rasgos negativos. La palabra que más se le aplica [en la novela] es 'diablo'. Ella la acoge con gusto. Y dice: 'Soy el diablo'. En cambio, en la ópera el mito está dulcificado. En la ópera no es prostituta, ni ladrona ni incitadora de crímenes", explicó ayer Álamo en la presentación de la obra.

"La única forma de entender el personaje es situarlo con las características que tiene: está condenado a priori por ser gitana y mujer en un ambiente machista y xenófobo. Ahí encontraremos el porqué de esa respuesta tan fuerte de Carmen. Es un personaje gemelo del Shylock de El mercader de Venecia, de Shakespeare. A Shylock no podemos entenderlo si no es en un contexto antisemita", agregó el responsable de la dramaturgia de Carmen, que insistió en que "ni la xenofobia ni el machismo son cosas del pasado". "Ahí tenemos las últimas medidas de Nicolas Sarkozy en Francia y los crímenes que se cometen al año en nuestro país", aseveró Álamo, que definió a Carmen como "una mujer pasional". "Pone los ovarios encima de la mesa porque está siendo presionada por un sistema social. Esto le lleva a tener una gran independencia y coraje. Y a gritar: 'yo soy libre", explicó Álamo.

María José Castañeda, la actriz que encarna a Carmen, señaló que ha "aprendido muchísimo" con su personaje. "Al principio, una tiene una idea un poco preconcebida de este personaje. Ha sido sorpresivo ahondar en hacerlo más contemporáneo, en hacerlo una mujer de hoy", comentó la actriz. "Carmen es adorable. La veo maravillosa. Es una persona auténtica hasta la última consecuencia y pase lo que pase", concluyó Castañeda.

Fuente: Sergio Belausteguigoitia (www.elpais.com)

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