El rico y barroco teatro joven de Nieva llega al CDN



Francisco Nieva es quizá el hombre de escena español más completo e integral del siglo XX. Y del XXI, en el que sigue ejerciendo como pintor, figurinista, escenográfo, dramaturgo, adaptador, director.... El impulso que en las últimas décadas se está haciendo desde los teatro públicos para dar a conocer su teatro ha posibilitado que ese teatro joven de Nieva, que nunca se ponía en pie porque él, a la hora de escribirlo, no reparaba en gastos soñados, ya que teatro emergía de los mundo oníricos de su rico, abigarrado y barroco imaginario.

Tras haberse visto en años anteriores Nosferatu y Pelo de Tormenta, ahora le llega el turno a una de sus obras favoritas: Tórtolas, crepúsculo... y telón, que mañana se estrena en el Teatro Valle-Inclán de Madrid, con producción del Centro Dramático Nacional. Su mundo soñado ha sido carnalizado por el gran pintor y grabador, y de vez en cuando escenógrafo, José Hernández y sus figuras telúricas que transitan por el textos han sido vestidas por María Araujo, dentro de una línea muy años sesenta y muy Nieva.

Nieva, que además de autor es director de este montaje, ha retocado algo el texto escrito en los años sesenta del pasado siglo: "aunque lo esencial está ahí". Dice este hombre que asegura que lo que escribía era muy caro de montar: "Pero también creo que en aquella época tenía más talento, era más atrevido y más sinvergüenza, ahora ya no, ¡qué lástima!", dice este hombre que durante muchos años vivió en Francias e italia y se codeo con la crema intelectual de las vanguardias de aquellos años. Él no obstante siguió escribiendo cuando volvió a España en los setenta, aún a sabiendas que no le montarían: "Pero lo hacia porque me fastidiaba mucho Franco; aunque tengo que decir que mi teatro ha sido muy crítico con la derecha, con la izquierda y con mi familia, hasta me he metido con mi tío Cirilo", dice en referencia al ministro de la II República Cirilo del Río, que trajo el divorcio a España por primera vez. "También maté a mi madre imaginariamente, y me he llevado algún desplante que quizá me merecía por ser un lenguaraz", señala el autor y director de 85 años.

Contra quien no se vuelve su lengua afilada jamás es hacia su reparto porque asegura que tiene el que soñaba. Ahí están actores fetiches de él y de su teatro como Esperanza Roy, Manuel de Blas, Jeaninne Mestre y otros a los que ha incorporado a sus estéticas como Ángeles Martín, Beatriz Bergamín, Trinidad Iglesias o José Lifante. Ellos se muestran encantados con este arduo trabajo: "Yo hace un tiempo le dije a José Pereira, el ayudante de dirección, que hay que tener un gran coño para hacer esto. Me contestó que a él se le habían caído los huevos hacía un tiempo", señala de este montaje que cuenta con música original: El buey sobre el tejado, de Darius Milhau, cuyo estreno de mañana en Madrid coincide el mismo día y a la misma hora con otro que tiene Francisco Nieva en el teatro Benito Pérez Galdos de las Palmas, ya que es responsable de la versión de Electra, de Galdós que inicia mañana por la noche su andadura bajo la dirección de Ferrán Madico y con un importante reparto en el que intervienen Antonio Valero, Sara Casasnovas, Sergio Otegui, Pep Molina, Chema Muñoz, Maru Valdivielso, Miguel Hermoso e Isabel Prinz, entre otros.

Fuente: Rosana Torres (ww.elpais.com)

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