EL DESARROLLO DE LA CIVILIZACIÓN VENIDERA


CREACIÓN y DIRECCIÓN: DANIEL VERONESE
INTÉRPRETES: MARA BESTELLI, MARÍA FIGUERAS, ANA GARIBALDI, CARLOS PORTALUPPI y JORGE SUÁREZ
PRODUCCIÓN: COMPAÑÍA DANIEL VERONESE con la colaboración de IBERESCENA
TEATRE LLIURE


Un brutal Veronese vuelve a sorprender versionando de manera brillante Casa de muñecas de Henrik Ibsen. El título de la función poco tiene que ver con el contenido de la misma. Veronese se aleja de Jelinek que proponía una continuación de la obra de Ibsen viendo a una burguesía belicosa ganarse el pan. Veronese va más allá, monstrando la impotencia de Nora cuando al querer coger las llaves para abrir la puerta de su casa, la puerta hacía la libertad, se ve impedida por la fuerza brutal que su marido, Helmer, ejerce física y psíquicamente sobre ella.

La Nora del primer portazo carácter feminista de la historia, una decisión totalmente heroica, aparece aquí convertida en inestable, poco equilibrada y totalmente sumisa a la actitud machista de su marido. Una Nora demasiado alocada, que en más de una ocasión parece vivir en un mundo paralelo. Preocupada en un primer plano, de los aspectos estéticos, para destapar en contadas ocasiones, sobre todo en las que aparece acompañada de su aliada doctora Rank, de una seguridad, entereza y preocupación por otros problemas menos banales.

Veronese denuncia así la brutalidad en la relación de algunas parejas, parece que Nora no va conseguir esta vez su tan deseada libertad, sino que seguirá viviendo bajo de yugo machista, donde la violencia física y psíquica dominará el resto de su vida. Y no, no dará un portazo, no conseguirá ni tan sólo atravesarla, quizás la próxima vez que la cruce sea para acabar en el hospital o peor aún, en el cementerio.

María Figueras y Carlos Portaluppi dibujan magistralmente la pareja Nora/Helmer y les acompañan magistralmente Ana Garibaldi, Mara Bestelli y Jorge Suárez. Veronese, admirador de Bergman, pone en boca de sus protagonistas alusiones directas de su película Secretos de un matrimonio mientras relatan su propia historia. La maestría de un genio al servicio de otro.

La complicidad con el público es claramente visible desde el primer minuto, los silencios, los guiños, la tensión, la intensidad creciente y el maravilloso reparto que compone la obra permite que en un ambiente de tensión constante se resuelva maravillosamente en un negro final.

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